Somos seres sociales por naturaleza. Las relaciones con otros nos ayudan, enseñan, educan, nos retan, y nos hacen más fácil la vida si sabemos llevarlas.
Tomemos unos minutos para preguntarnos:
Cómo están las relaciones con mi familia?, hermanos?, padres?, abuelos? primos?
Cómo están con los hijos? Con la pareja? Y los amigos? Los vecinos?
Compañeros de trabajo?
Una autoevaluación de relaciones humanas de vez en cuando nos viene bien.
No somos perfectos. Algunos tenemos excelentes relaciones con extraños pero no con los más cercanos. O al revés. Algunos se llevan bien con todos. Otros con muy pocos. Unos las llevan mal y no les importa mientras otros quieren mejorarlas a como dé lugar. Unos se apegan demasiado a los demás, otros se alejan y se encapsulan en su mundo. Otros se encuentran en una soledad triste y angustiante a pesar de no quererlo así. Qué hacer?
Lo importante es saber que hagamos lo que hagamos, en esta vida, necesitamos a los demás para muchas cosas. Ya sea por compañía, afecto, apoyo moral, económico, logístico, siempre nos hará falta un “alguien”.
También es cierto que siempre habrá conflictos, diferencias con los demás. Hay que sopesar… todos tenemos defectos y virtudes incluso las relaciones humanas por ser la suma de dos o más seres. Si hay más aspectos negativos que positivos es hora de hacer ajustes, hablar, negociar y buscar soluciones “ganar- ganar”, que nos beneficie a ambos. Insistir, cultivar, tolerar, aprender, dar, recibir. Agrandar el corazón cuando la mente se cansa de tanto entender.
Como aprender lo que no hemos logrado hasta hoy? Ante todo una buena dosis de autoevaluación para identificar las fallas que nos alejan de los demás o nos hacen demasiado dependiente de ellos. Para ayudarnos? buenos libros, cursos, orientación, terapia, tolerancia… y mucho amor por uno mismo y por los demás.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.
Madre Teresa de Calcuta.
Lo que deseas conseguir, más fácilmente lo obtendrás con una sonrisa
que con la punta de la espada.
William Shakespeare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario