Otros aspectos cruciales como ser humanos son lo mental y lo emocional.
Lo mental se refiere a lo que pensamos, sabemos, aprendemos o enseñamos. Es nuestra computadora central y hay que alimentarla, ajustarla. Buena lectura, películas interesantes, juegos retadores como Ajedrez, Dominó, Sudoku, por ejemplo. Estudiar materias o cursos que desconocemos, curso de actualización, otro idioma. Y hacer cosas diferentes o las mismas de siempre pero de manera distinta para activar las neuronas o sus redes.
Lo emocional, lo que sentimos viene dado por la relación entre nuestro cuerpo físico y por la mente. Si pensamos cosas agradables nos sentimos bien. Si pensamos o recordamos cosas poco gratas pues nos sentiremos igual de mal. Si se padece una enfermedad física la mente comienza a alterarse y viceversa.
La mente influye en el cuerpo. Cuando alguien se deprime usualmente se pasa mucho tiempo acostado o durmiendo. Pero el cuerpo también afecta la mente. Si por alguna enfermedad o accidente toca estar en cama por varias semanas, la quietud obligada se va transformando en la sensación de depresión.
Ya se ha comprobado que muchas enfermedades físicas generan síntomas “emocionales” o “mentales” como ansiedad, confusión, pérdida de memoria, depresión, angustia y hasta síntomas psicóticos. Los problemas hormonales son un ejemplo de ello. Otros opinan que toda enfermedad del cuerpo se origina del plano mental/espiritual o de los conflictos internos.
Si no podemos lograr el equilibrio por nosotros mismos, es el momento de buscar ayuda especializada: un buen diagnóstico médico para detectar las fallas físicas, un terapeuta y/o un sacerdote para lo mental/emocional/social.
Qué fue primero? El huevo o la gallina? Quién sabe?
Lo importante es cuidar todo nuestro ser.
Una alimentación balanceada para nuestro cuerpo, mente y espíritu,
y ejercitar esas facetas nos ayudará a mantenerlas en forma
y sentirnos lo mejor posible.
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